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Vamos a suponer ; repito : vamos a suponer que la respuesta al plan de Trump para Gaza resulta inicialmente adversa pero luego, reposadamente, empieza a ganar adherentes.

🌐 ASTROLABIO  # 296 - VIERNES, 14 DE FEBRERO DEL 2025

 

Vamos a suponer ; repito : vamos a suponer que la respuesta al plan de Trump para Gaza resulta inicialmente adversa pero luego, reposadamente, empieza a ganar adherentes.

Por ejemplo, Egipto y Jordania se mostraron reacios, en principio, pero así como Guatemala, El Salvador, Colombia, Brasil y hasta México terminaron aceptando a sus repatriados con los brazos abiertos, o convirtiéndose en receptores temporales, es probable que El Cairo y Ammán resuelvan dar albergue a quienes, en todo caso, harían parte de un fenómeno cualitativamente distinto a la versión original de la Nakba.  

Y lo sería porque, si la iniciativa gozara del respaldo de Marruecos, Siria, o algunos emiratos, se convertiría en un desplazamiento voluntario de quienes, por un tiempo, se convertirían en huéspedes de sus propios hermanos musulmanes a la espera del regreso.

Regreso que, tras la reconstrucción de la Franja, implicaría un proyecto de vida profesional bajo el esquema de la productividad ( turística, industrial ) y ya no del asistencialismo extranjero controlado por Hamas.

Por supuesto, aunque muchos se desplazasen voluntariamente, otros decidirían permanecer en su territorio y, a menos que se incurriera en prácticas violatorias de los derechos humanos, tendrían todo el derecho a contribuir, ‘in situ’, con la reconstrucción y la seguridad transformadora destinada a desembarazarse de una vez por todas de la dominación despótica del grupo terrorista que, por el momento, les anula socialmente.

Aún así, la hermandad musulmana no sería suficiente.  También sería necesaria la contribución -ya no retórica, o introspectiva- de los países occidentales que han reconocido a Palestina como Estado.

Frente a un palestino que, libre y deliberadamente, aceptase el trato y resolviera movilizarse ahora para retornar posteriormente mediante un esquema de reinserción productiva, ¿ cómo se comportarían España, Noruega, Irlanda y, en general, todos aquellos que, habiendo reconocido la existencia del Estado palestino, tendrían la oportunidad de demostrar que sus afectos no se basan tan solo en la agitación ideológica y en la instrumentalización del pueblo palestino, sino en sentimientos genuinos, desinteresados y solidarios ?

En concreto, ¿ los acogerían con los brazos abiertos, les darían albergue, cubrirían sus necesidades básicas y les facilitarían el aprendizaje de artes y oficios con los que luego aportarían sensiblemente a la prosperidad de la Franja ?

Porque si solo se trata de cosificar a los palestinos para usarlos como punta de lanza en contra de terceros, o del llamado “imperialismo yanqui”, ellos ya han tenido suficiente.

En tal caso, podría materializarse en Gaza una ( hipotética ) refundación cooperativa basada en la seguridad compartida y la soberanía abierta, es decir aquella que se caracteriza por la prosperidad horizontalizada y la industrialización.

En otras palabras, ¿ de qué serviría reconstruir a Gaza si los amantes de la violencia, el odio y la fuerza siguiesen oprimiéndola valiéndose del miedo, la coacción y los privilegios ?

¿ De qué serviría refundar a Gaza bajo los parámetros de una productividad intensiva que reemplazara al asistencialismo parasitario si su población sigue subyugada por el extremismo de Hamas, o sea, por la fórmula de la inmolación asegurada, las manos vacías y la vida empobrecida ?

¿ Acaso, más allá de las fórmulas ideadas por Trump, no son los palestinos ( y no los terroristas ) los dueños de su propio destino ? 

 

vicentetorrijos.com