Una colisión aérea entre un avión regional de American Airlines y un helicóptero militar Black Hawk del Ejército de EE. UU. ha sacudido a la nación, dejando al menos 18 cuerpos recuperados del río Potomac y cientos de preguntas sin respuesta. El accidente, ocurrido cerca del Aeropuerto Nacional Reagan, ha movilizado a unos 300 socorristas que trabajan en condiciones extremas para rescatar a posibles sobrevivientes y recuperar los restos de las víctimas.
El miércoles por la noche, alrededor de las 20:47 horas (01:47 GMT), un avión de pasajeros operado por PSA Airlines, filial de American Airlines, y un helicóptero UH-60 del Ejército de EE. UU. colisionaron en pleno vuelo sobre el río Potomac. El avión, que transportaba a 64 personas, se dirigía desde Wichita, Kansas, mientras que el helicóptero, con tres soldados a bordo, realizaba un vuelo de entrenamiento desde Fort Belvoir, Virginia.
Una cámara web del Kennedy Center captó el momento de la explosión, mostrando una bola de fuego en el cielo y un avión en llamas cayendo rápidamente hacia el río. Las labores de rescate comenzaron de inmediato, con decenas de unidades de policía, ambulancias y lanchas desplegadas a lo largo del río. Sin embargo, las condiciones adversas —frío extremo, aguas oscuras y turbias— han complicado las operaciones.
Robert Isom, consejero delegado de American Airlines, aseguró que la compañía está cooperando plenamente con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), que ya ha enviado un equipo de investigación al lugar del accidente. “Seguiremos proporcionando toda la información que podamos”, dijo Isom.
Por su parte, el presidente Donald Trump expresó su preocupación en su plataforma Truth Social, calificando el incidente como una “mala situación que parece que debería haberse prevenido”. Trump cuestionó por qué el helicóptero no evitó la colisión y por qué la torre de control no intervino a tiempo. “El avión estaba en una línea de aproximación perfecta y rutinaria al aeropuerto. El helicóptero iba directamente hacia el avión durante un período prolongado de tiempo”, escribió.
Entre los pasajeros del avión se encontraban los patinadores artísticos rusos Yevgenia Shishkova y Vadim Naumov, campeones mundiales en 1994. Mientras tanto, los familiares de las víctimas se congregaron en el aeropuerto, esperando noticias de sus seres queridos.
American Airlines ha habilitado una línea de ayuda para familiares: 800-679-8215.
Este no es el primer accidente aéreo fatal sobre el río Potomac. En 1982, el vuelo 90 de Air Florida se estrelló contra el puente de la calle 14, matando a 74 personas. Este nuevo incidente revive los fantasmas de tragedias pasadas y plantea serias preguntas sobre la seguridad aérea en una de las zonas más transitadas del país.
Mientras los socorristas continúan su labor en condiciones extremas, la NTSB ha prometido una investigación exhaustiva. Por ahora, el Aeropuerto Nacional Reagan permanecerá cerrado hasta al menos las 11:00 a.m. del jueves, y 19 aeronaves que estaban en el aire al momento del accidente fueron desviadas al Aeropuerto Internacional Dulles.
Esta tragedia no solo ha dejado un saldo preliminar de 18 muertos, sino que también ha puesto en evidencia los riesgos de la congestión aérea y la necesidad de revisar los protocolos de seguridad en una de las regiones más críticas de EE. UU.
Sala Digital Colmundo
Información tomada de medios internacionales.