El domingo 15 de septiembre, la campaña presidencial estadounidense vivió un nuevo episodio de agitación tras un tiroteo en Florida que el FBI investiga como “lo que parece ser un intento de asesinato” contra el expresidente y actual aspirante a la Casa Blanca, Donald Trump. El incidente ocurrió mientras Trump jugaba al golf en el Trump International Golf Club en West Palm Beach.
El hombre armado, identificado como Ryan Wesley Routh, se acercó al campo con un rifle AK-47 con mira telescópica. Sin embargo, fue detenido por el Servicio Secreto antes de que pudiera disparar. Trump resultó ileso, y el sospechoso fue arrestado tras intentar escapar en una camioneta negra. Las autoridades recuperaron el arma y otros objetos en el lugar.
Este tiroteo se suma a una serie de eventos inusuales que han marcado la campaña de Trump en los últimos meses, incluyendo su condena penal, un intento de magnicidio previo en Pensilvania el 13 de julio, y las controversias alrededor de los debates electorales y su disputa mediática con la estrella Taylor Swift.
En el ataque anterior, durante un mitin en Pensilvania, un hombre armado disparó desde una posición elevada, impactando levemente la oreja derecha de Trump. El exmandatario fue evacuado rápidamente, y aunque un asistente al mitin y el atacante resultaron muertos, Trump no sufrió lesiones graves y pronto reanudó su carrera política.
A pesar de los recientes desafíos, Trump ha reafirmado su determinación de continuar con su candidatura presidencial. En un comunicado, el exjefe de Estado expresó que está bien y se mostró decidido a no rendirse en su camino hacia la Casa Blanca.
La campaña electoral continúa estando en el centro de la atención nacional, y este nuevo intento de asesinato añade un capítulo más a la ya tumultuosa carrera presidencial en EE. UU.
Humberto ‘Toto’ Torres