Por: Diana Lucía Zuluaga
Me dolía el alma y no sabía qué hacer.
En momentos de profundo dolor emocional, es común sentirnos abrumados y perdidos. Necesitamos encontrar un consuelo, sanar el alma y recuperar la paz interior.
El dolor emocional es una experiencia común en la vida ¿Cómo enfrentarlo y sanar? es un proceso que requiere tiempo y dedicación. Este puede surgir de diferentes situaciones: maltratos, abandonos, palabras hirientes, experiencias traumáticas. Afrontarlo implica reconocer y validar nuestras emociones, permitiéndonos sentir y expresar lo que estamos experimentando.
Nos acostumbramos al dolor, nuestra alma (mente, voluntad y emociones) se adapta a estos estados anímicos que se van volviendo comunes, transmitiéndole a nuestro inconsciente que es normal y que así somos.
La Teoterápia nos brinda herramientas para enfrentar y sanar el dolor emocional, una de ellas es el autoconocimiento, que nos ayuda a identificar y comprender nuestras emociones y pensamientos, asociados al dolor.
A través de la orientación, de un guía de la salud que conozca la condición del ser humano triuno (Espíritu, alma y cuerpo), podemos explorar estos sentimientos en un entorno seguro y guiado, de tal manera que encontremos la respuesta a estas necesidades, para permitirnos sanar el dolor.
Otra estrategia importante es el cuidado personal. Es fundamental cuidar de nosotros mismos durante el proceso de sanación, esto implica establecer rutinas saludables, practicar actividades que nos brinden bienestar y rodearnos de apoyo social, para lo cual es importante contar con el apoyo de ese guía de la salud en estos momentos puntuales.
La familia, también, cumple un papel muy importante. Siempre será bueno buscar y establecer un ambiente de comunicación asertiva, en la cual se pueda exponer la necesidad emocional, ser escuchados; sin ser señalados y cuestionados y que mejor que nuestro grupo familiar para ello.
En cuanto al área espiritual, la oración (hablar con Dios) es una herramienta infalible contra el dolor del alma, descansar en el amor incondicional de Dios, sabiendo que su amor es eterno y no tiene contra nosotros nada, más que amarnos, genera descanso.
Sabernos amados, aceptados, perdonados y competentes, nos llevará a enfrentar la crisis de manera firme, pues esto nos ayuda a ir avanzando en el fortalecimiento del carácter, el conocimiento de un área tan mencionada en este tiempo, pero tan desconocida, como es el área espiritual.
El salmo 32 de la Biblia, es el relato de una persona que tiene afligida el alma, que busca consuelo en su creador y entiende que de sí debe partir el deseo de encontrar alivio, por eso menciona: “mientras calle”. Si callamos, nuestros dolores aumentaran y no podremos hallar respuesta, ya que, de parte de Dios, ante cualquier petición o consulta, su voz, su respuesta, no falta.
La verdadera respuesta siempre se encontrará en el origen, Dios, Él nos creó a su imagen y semejanza, por lo tanto, también puede llevarnos al origen de nuestros dolores emocionales y ofrecernos una respuesta en salud restaurativa y proyectarnos a un mejor ser humano.
Dios como el gran autor, es perfecto restaurador para nuestro ser, quién mejor que en Él repose nuestra vida.
Me gusta la lectura y encontré en el libro “Restauración Integral” del Dr. Néstor Chamorro Pesantes, de la Editorial Publimundo, la solución para mis dolores en el alma. Comprendí que esto era posible, poniéndome en las manos del Alfarero por excelencia, porque yo soy su creación perfecta y más preciada.