La tradición familiar de las galletas más ricas de Bucaramanga llega a Bogotá, para deleitar el paladar de los capitalinos con una variedad de sabores.
Con la intención de sacar una familia adelante, nació lo que inicialmente se llamó “Ricuras” en el año 1989. Los encargados de darle vida a este proyecto fueron don Álvaro Jiménez y Martha Sánchez, quienes, tras llegar de Arauca, decidieron poner una panadería. Allí comenzaron a ofrecer variedad de productos, entre ellos la galletería. En medio de ese proceso de crear y darle su toque, hoy día llegan a la capital del país para recordarle su tierra a los santandereanos que habitan en la capital y para cautivar a un nuevo público. Colmundo Radio hizo presencia en el lanzamiento de su nuevo punto en Bogotá.
En la búsqueda de crear su propio sello, sus hijos fueron fundamentales en ese proceso, pues tal como lo manifestó su hijo David Jiménez Sánchez, ellos eran quienes degustaban las creaciones de sus padres: “Ellos comenzaron a crear una fórmula para la galleta. Mi hermano y yo, que estábamos chicos, a medida que ellos iban mejorando la fórmula de manera empírica, iban dándonos la muestra. Nosotros éramos los catadores, hasta un día en que no parábamos de comer galletas. Ahí se dieron cuenta de que esa era la fórmula”.
Luego del visto bueno de David y su hermano, Álvaro y Martha dieron inicio a la nueva producción dentro de su panadería. Tanta fue la acogida que tuvo este producto, que esta pareja de esposos decidió dedicarse solo a la galletería, tras el éxito que tuvo su fórmula. A partir de ese momento, también comenzaron a ver otras formas para comercializar sus famosas galletas e iniciaron con la venta de este producto tienda a tienda. La señora Sánchez, junto con una empleada, fue la encargada de hacer estos pasabocas, mientras el señor Jiménez usaba su camioneta para repartir pedidos tienda a tienda, así empezó a crecer la empresa.
Tras la gran acogida que tuvo este proyecto, “Ricuras” dejó Floridablanca y se trasladó a otro barrio más grande en 1993; allí continuaron con la distribución de pedidos con vendedores y nuevos puntos. Pero esto no fue todo. Esta familia, con el ideal de cautivar nuevos paladares, fue más allá y aprovechó cada oportunidad que se le presentaba, así lo indicó David: “Cuando yo estaba en la Universidad Industrial de Santander, en la cual estudiaba Ingeniería Industrial, la Cámara de Comercio buscaba ayudar a las Pymes, espacio que nos permitió codificar productos en pequeños supermercados de Bucaramanga”.
En medio de esos recuerdos, el menor de los Jiménez Sánchez también trae a colación aquellos momentos y aportes que ha tenido dentro de la empresa. Aunque hoy en día es una de las cabezas de esta iniciativa, él fue un empleado más, estuvo en la parte de producción y también se desempeñó como repartidor. Son anécdotas que guarda en su mente y corazón con mucho amor.
Actualmente, se encarga de liderar “Ricuras” junto con sus padres, a quienes agradece que lo impulsaron a estudiar. El aporte de su carrera le permitió darle visibilidad a este negocio, pues los conocimientos adquiridos en la UIS y su proceso educativo le permitieron darle un orden y estructuración empresarial a la organización en temas como estandarización de procesos, operaciones, costos, entre otros. Esto le permitió a la empresa crecer y expandirse dentro de los mercados del departamento de Santander.
Y aunque todo parece color de rosa, no ha sido así, pues al igual que muchas empresas a nivel nacional, han enfrentado muchos desafíos. A pesar de eso, han buscado sobresalir y encontrar nuevas alternativas para seguir creciendo. Un caso de esto fue la pandemia del Covid-19. Durante este suceso tuvieron que parar su producción durante un mes. En vista de esta situación, David tomó la decisión de tomar un curso de marketing digital, todo esto con la finalidad de impulsar la marca por redes sociales y aprender un poco de la nueva era digital. Esto le permitió comenzar a pautar y comercializar sus productos vía domicilio. Para incentivar más la marca, se unió con una agencia que ha sido fundamental en el proceso, en el cual las redes sociales también han jugado un gran papel durante estos cinco años.
Esta situación motivó a Ricuras Marly a querer llegar de manera directa a sus consumidores y es por eso que David Jiménez Sánchez, con su idea de generar una cercanía con los clientes, consideró que era la oportunidad de crear puntos de venta físicos. “El primero de ellos fue un carrito o puesto en el Centro Comercial Caracolí, espacio en el que se evidenció que las personas se sentían atraídas e identificadas con la marca. Era una locura. Así comenzó el proceso de expansión en punto de venta. Ahora ya tenemos cinco puntos en centros comerciales en Bucaramanga, un local y la fábrica”, dijo el menor de los Jiménez a Colmundo Radio.
Asimismo, en medio del lanzamiento en Bogotá, nos contó que la idea de llegar a la capital del país venía desde hace un año, hasta que por fin se logró. Así lo expresó David: “Bogotá es una buena plaza, aquí se vende de todo”. En medio de la inauguración de este nuevo punto, pudimos ver a una familia luchadora y perseverante, llena de ilusión por cautivar a la población capitalina con sus deliciosas y exquisitas recetas.
En la apertura de su nuevo punto hicieron presencia su cuñada Mafe, junto con su pequeña sobrina Merida, la doctora Zaidy Mora, otra de las artífices en medio de este proyecto en la capital y, por supuesto, la creadora, artífice y pionera de estas deliciosas galletas que prometen deleitar nuevos paladares, doña Martha Lilia Jiménez, la encargada de cortar el lazo de inauguración y a quien se le atribuye el nombre “Marly” en el nombre de este producto en honor a su nombre.
De esta manera, las galletas más ricas de Bucaramanga ya están en Bogotá. El punto de venta de “Ricuras Marly” se encuentra ubicado en la Calle 119 #14-10. Allí encontrarás su producto insignia: sus galletas, las cuales vienen en diferentes sabores. También podrán disfrutar de los merengones y rosquitas.
¡No te quedes sin probarlas!
Natalya Baquero