En el Senado de la República, las tensiones en torno a la reforma pensional propuesta por el presidente Gustavo Petro están alcanzando su punto álgido. La propuesta de aumentar a cuatro salarios mínimos el umbral de cotización para estar en Colpensiones ha generado un fuerte rechazo entre algunos sectores políticos, poniendo en riesgo el futuro de la iniciativa.
Pese al acuerdo previo con los liberales para establecer un umbral de 2,3 salarios mínimos, la sugerencia de Petro de aumentarlo en la Cámara de Representantes ha sido recibida con críticas contundentes. El senador Juan Pablo Gallo, enérgicamente, calificó la alocución presidencial como una promesa incumplida y expresó su preocupación por la dirección que está tomando la reforma.
En esa misma línea, varios senadores del Partido de la U, que inicialmente respaldaron la reforma bajo la condición de mantener el umbral en 2,3 salarios mínimos, podrían replantear su apoyo ante esta nueva propuesta. El senador Carlos Fernando Motoa, de Cambio Radical, incluso advirtió sobre la intención del Gobierno de estatizar el sistema pensional, lo que podría desencadenar un rechazo generalizado en el Senado.
La incertidumbre sobre el futuro de la reforma pensional se cierne sobre la etapa de conciliación en la plenaria. Si los cambios propuestos en la Cámara de Representantes no son aceptados por los senadores, existe el riesgo latente de que la iniciativa se hunda en esta crucial fase de negociación.
El destino de la reforma pensional está en juego, y el pulso entre el Gobierno y los senadores podría determinar su viabilidad en los próximos días.
Humberto ‘Toto’ Torres