El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el expresidente Donald Trump han dominado las elecciones en el denominado supermartes, día en el que se vota para definir a los candidatos a la presidencia por el partido demócrata y el partido republicano. Así las cosas, Donald Trump y Joe Biden dieron grandes pasos hacia la confirmación de su aparentemente inevitable revancha oficial.
El Supermartes suele ser una de las citas más importantes del calendario electoral estadounidense, por ser el día en que más estados votan en las primarias para definir los nominados de cada partido, aunque el de este año ya se preveía como el menos disputado de la historia.
A falta de los resultados en algunos estados restantes, se ha proyectado a Biden como ganador en los estados de Alabama, Arkansas, California, Carolina del Norte, Colorado, Maine, Massachusetts, Oklahoma, Tennessee, Virginia y Utah. En Iowa también fue ganador, estado en el que se votó por correo y recientemente se conocieron los resultados.
No obstante, en el estado de Minnesota, el voto protesta fue protagonista, esto debido a que la mayoría de la población allí es musulmana, por lo que no favoreció a Biden. En otros estados como Carolina del Norte, los votos sin compromiso (o en blanco) obtuvieron buena parte de los sufragios.
Biden recientemente ha enfrentado unos titulares muy difíciles, donde se han cuestionado sus decisiones frente al apoyo a Israel en el conflicto en Gaza, y su negativa a pedir públicamente un alto el fuego, e incluso se ha cuestionado su salud mental, por lo que sus índices de aprobación han disminuido.
Por su parte, Donald Trump, según proyecciones, logró la victoria en los estados de Alabama, Arkansas, California, Carolina del Norte, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas y Virginia.
Aunque los 15 estados que votaron este martes no tenían suficientes delegados para que Trump asegurara la candidatura del partido para una tercera elección presidencial consecutiva, se acercó mucho más de lo esperado.
El expresidente Donald Trump continuó su racha de dominio en la contienda republicana de candidatura, a pesar de perder un estado, Vermont, ante Nikki Haley. En su discurso, Trump omitió cualquier mención a Haley, aunque más temprano en otro discurso ya la había atacado.
Por otro lado, Haley tuvo un buen desempeño que se produjo en ciudades, ciudades universitarias y suburbios. Los suburbios, en particular, podrían representar problemas para Trump. Los votantes con educación universitaria en esas regiones han cambiado fuertemente a favor de los demócratas desde que Trump emergió como el portador estándar del Partido Republicano en 2016, y el apoyo a Haley el martes podría indicar una debilidad.
Sus asesores han revelado gastos en anuncios en los estados donde está en carrera por la candidatura, pero la exgobernadora de Carolina del Sur, de donde es natal Haley, ha guardado silencio, lo que, según los expertos, habla mucho sobre el estado de la batalla de la candidatura del Partido Republicano.
Paola Martínez Burgos