Con goles de Lindsay Horan, Jenna Nighswonger y Jeedyn Shaw, el equipo de las barras y las estrellas hizo pesar su imagen de favorito y derrotó a una Colombia diezmada por la ansiedad y el nerviosismo. Veinte minutos de pánico escénico y de dudas por parte de la tricolor fueron suficientes para que las norteamericanas sacaran ventaja en el juego y en el marcador.
La selección Colombia no aguantó la presión de las locales y de un estadio lleno. Los Ángeles se volcaron a acompañar a los Estados Unidos desde el principio del compromiso. Colombia se mostró frágil, un equipo lleno de dudas, que dejó al descubierto la conmoción emocional de la mayoría de sus jugadoras, situación que las llevó a dejarse meter atrás y a cometer infinidades de imprecisiones.
Muy rápido el partido empezó a definirse. Al minuto 10, un error en la salida de la selección Colombia terminó en una rápida recuperación de Estados Unidos, que en tres toques y con mucho espacio puso a Alex Morgan de frente a la golera Natalia Giraldo. Yorelyn Carabali, en un intento desesperado por cerrar a la histórica jugadora norteamericana, terminó cargándola. En la repetición se puede ver que es hombro con hombro, no falta punible, pero al ser fútbol femenino puede considerarse como exceso de fuerza ante una jugadora que tenía ventaja para definir. Lindsay Horan se hizo cargo y abrió el marcador.
Las locales no bajaron la guardia y aprovecharon la ansiedad de la tricolor para ejercer una labor colectiva que marcó la diferencia, presión agresiva en terreno contrario, un trabajo que se vio reflejado en tres aspectos: la rápida recuperación de la pelota y el hostigamiento de las norteamericanas, además, de las reiteradas imprecisiones de las jugadoras colombianas. Estados Unidos hizo un trabajo perfecto sin balón, cerró espacios de manera inteligente, organizada y agresiva, quedando siempre en superioridad numérica y posicional, limitó las posibilidades de entrega en Colombia y llevó al error siempre a la poseedora del balón. Colombia no logró interpretar cómo salir del acecho y antes del minuto 25 vendría la segunda anotación de Jenna Nigthswonger.
Posteriormente, Estados Unidos basculó y jugó mentalmente con la selección Colombia, siendo un equipo experimentado, fuerte y testarudo, llevaron el partido al campo físico, situación que le cortó el trámite al juego y sacó de casillas a las jugadoras nacionales. Colombia mejoró en la salida, Catalina Usme y Linda Caicedo jugando muy retrasadas de la zona donde son importantes, dieron una mano a las volantes de primera línea. Colombia generó dos oportunidades claras de gol, pero la portera Alyssa Naeher se hizo invencible y evitó lo que pudo ser el descuento para Colombia.
En el segundo tiempo, el profesor Ángelo Marsiglia envió al terreno de juego a Marcela Restrepo, Liana Salazar y Ángela Barón, refrescando el medio campo y la zona defensiva del equipo. Sin embargo, estas tres jugadoras tendrían poco influencia. Estados Unidos le dio trámite al juego, mantuvo el control del esférico sin necesidad de ser tan agresivo como en la primera mitad.
Colombia intentó siempre el juego largo, cambios de orientación constantes, todos estos imprecisos. Peso la ausencia de una jugadora que da presencia en el frente de ataque como Mayra Ramírez. A Manuela Pavi le costó mucho el partido, su contextura física y su poca experiencia jugando este tipo de instancias fueron factores que la limitaron.
Al final el marcador fue 3-0, pero pudo ser más amplio para Estados Unidos, que desperdició dos oportunidades en la segunda mitad por debajo del arco.
En medio de las lágrimas, la capitana Catalina Usme, responsabilizó a todo el equipo del resultado y se mostró positiva con respecto a lo que viene: “Amo este equipo, admiro demasiado a este equipo, lo valiente que es, sabíamos que hoy teníamos un duro rival, y que no podíamos cometer errores, hoy quiero agradecerles a los que siguen creyendo en este equipo, queda levantar la cabeza porque se vienen los juegos Olímpicos”.
“Hoy fallamos todas, este es un trabajo de todas, echar responsabilidades es muy fácil, pero la responsabilidad es de todos, incluso de los que están afuera”.
Colombia termina así su primera participación en la Copa Oro, manteniendo el historial negativo ante Estados Unidos, selección a la cual nunca ha podido ganarle. El próximo reto de las ‘superpoderosas’ serán los Juegos Olímpicos, París 2024. Alexander Cortés
Alexander Cortés