Los verdolagas fueron ineficientes en Paraguay y cayeron 1-0 ante los guaraníes.
El conjunto de John Bodmer continúa agudizando su mal momento; en Asunción, volvió a mostrar un pálido equipo y se fue con desventaja del estadio Defensores del Chaco.
En el terreno de juego fueron dos equipos que demostraron por qué uno es décimo segundo del campeonato en Paraguay y el otro décimo quinto del torneo local. Ofensivamente, el conjunto local no hizo sentir la presión de jugar en casa; su juego ofensivo fue directo, máximo tres toques y pelotazo buscando a los jugadores más altos para ganar los duelos. Intentaron recostar sus despliegues por el carril derecho, atacando la banda de Ángulo y Mantilla; sin embargo, Nacional de Paraguay fue tan o más limitado que Atlético Nacional, sin una estrategia o identidad de juego. Intentaron acercarse; fue un equipo que jugó al bulto y a ver qué podía encontrar en un error de su contrario.
Atlético Nacional, por su parte, muerto de miedo, jugó con la necesidad y ansiedad que transmite su cuerpo técnico, factores que se reflejan en sus jugadores. En términos generales, el partido de los 14 jugadores que fueron partícipes del juego fue malo; aun así, Sergio Mosquera y Bernardo Espinosa fueron el talón de Aquiles de su equipo.
Los dos centrales tuvieron un partido para el olvido; Sergio Mosquera, que está lejos de ser el jugador que llegó a Nacional proveniente del Tolima como el mejor central del fútbol colombiano, siempre salió a destiempo, rechazó y entregó mal, perdió los duelos, así como la referencia de su espacio y del bloque defensivo de Nacional, dejando siempre descuadernada la defensa del conjunto antioqueño.
Espinosa tiene mucha responsabilidad en la jugada del gol; su poco poder de reacción y su lentitud le dieron la ventaja a Diego Duarte para pisar el área y definir ante la salida de Santiago Rojas.
La única anotación del compromiso llegaría al inicio del segundo tiempo, jugada que es una serie de errores de Nacional y responsabilidades compartidas; por un lado, Mosquera sale a la mitad de la cancha a marcar, como todo el partido pierde el duelo y deja colgada la defensa de Nacional. Jhoan Castro intenta relevarlo, pero termina en el suelo; Duarte le cambia de ritmo a Espinosa por afuera y lo deja estancado, definiendo muy bien al palo izquierdo de la portería de Santiago Rojas.
El resultado final fue 1-0, pero pudo haber sido mucho más; solo que Nacional de Paraguay no supo aprovechar los errores del equipo paisa, conjunto que no generó una sola opción clara de gol en 90 minutos.
Bodmer, en medio de la desesperación, mandó al terreno de juego a Dorlan Pabón, a Óscar Perea y a Jefferson Duque, quienes no aportaron nada diferente.
Poniendo en una balanza el resultado y el juego, se puede llegar a la conclusión de que el marcador termina siendo corto y favorable para Nacional, que define la serie en casa; sin embargo, el juego es lo que más preocupa; probablemente este sea resultado de un equipo que venía cayendo desde años atrás. Tras la salida de Reinaldo Rueda, Nacional colectivamente no volvió a engranar como equipo. Herrera y Autori sobrevivieron al caos porque las individualidades eran un salvavidas dentro del terreno de juego; ahora ni eso le sale a Nacional, que está a punto de tocar fondo futbolística y administrativamente.
John Bodmer, en rueda de prensa, expresó: “Fue un partido parejo; el grupo intentó desarrollar lo que se trabaja; tuvimos el control de la pelota, inclusive llegamos a pensar que nos iban a hacer algo de presión y al final logramos tener el control del balón; nos faltó ser finos en la profundidad y las pocas opciones que tuvimos a haber convertido”.
El juego de vuelta se jugará en el estadio Atanasio Girardot el próximo miércoles 28 de febrero, en lo que seguro será un marco hostil para el local, que tendrá la última oportunidad para salvar la era John Bodmer.
Alexander Cortés