La Policía Nacional, en coordinación con las Fuerzas Especiales del Reino Unido y la Secretaría de Marina de México, logró ubicar en Cancún a Nelson Enrique Bautista Reatiga, alias ‘Poporro’, socio de los cárteles ‘Jalisco Nueva Generación’ y ‘Tijuana’, dinamizador del microtráfico en Santander y señalado autor intelectual de más de 15 homicidios. Las autoridades ofrecían hasta 100 millones de pesos por información sobre su ubicación.
El alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, informó este hecho como parte del objetivo de recuperar la seguridad en la capital de Santander. A través de su cuenta de Twitter, Beltrán comunicó que este criminal fue capturado en México.
“Siguen los golpes contundentes. Quiero informarle a la ciudadanía que fue capturado en México alias Poporro, máximo cabecilla de diferentes organizaciones criminales dedicadas al microtráfico y que es considerado uno de los delincuentes más peligrosos en Bucaramanga y Santander”, publicó el alcalde de Bucaramanga.
Nelson Enrique Reátiga, más conocido en Santander como “Poporro”, es oriundo del municipio de San Andrés (Santander), y las autoridades prevén que su incursión en el mundo delictivo se registró en 2006 cuando ingresó a las filas del ELN en el sur de Bolívar.
En 2009 era líder de una banda delincuencial de menor impacto en la región, pero sus hombres fueron capturados en una operación militar; debido a esto, Poporro se unió a otra organización criminal, siendo uno de los hombres de confianza de Óscar Camargo alias Pichi, considerado el Pablo Escobar santandereano.
Según informes de la Policía Nacional, la operación para lograr su captura comenzó a gestarse en marzo de 2023, cuando el Departamento de Policía Santander identificó a ‘Poporro’ como el ‘Otoniel’ de esa región, señalando así cómo este delincuente generaba un daño similar al ocasionado en todo el país por el máximo cabecilla del ‘Clan del Golfo’, quien purga una condena de 45 años de prisión en Estados Unidos.
Además, incursionó en el tráfico internacional de cocaína, como proveedor y socio de los carteles mexicanos de ‘Jalisco Nueva Generación’ y ‘Tijuana’.
Luego, en 2020, tras una guerra a muerte con alias ‘Pichi’ por el control territorial del tráfico de estupefacientes en Santander y Norte de Santander, que dejó más de 30 muertos, buscó refugio en Cancún. Desde allí, comenzó a liderar una red internacional de tráfico de migrantes que llegaban a Colombia desde Venezuela, Perú, Chile, Ecuador y Panamá. Los contactaba a través de una docena de cuentas de WhatsApp, a nombre de ‘Don Antonio’, ofreciendo trasladarlos hasta la frontera con Estados Unidos por precios que oscilaban entre los 5,000 y 8,000 dólares.
La travesía comenzaba en Bogotá, donde eran trasladados vía aérea al aeropuerto Internacional de Cancún y, posteriormente, llevados a varias ciudades de los estados de Quintana Roo y Yucatán en caletas de camiones, autobuses y carros de servicio público. Las condiciones eran extremas; durante el viaje, que duraba entre dos y tres días, tenían que soportar el hacinamiento de las caletas y temperaturas muy altas de día y heladas de noche, con pocas provisiones de comida y agua.
En esas localidades permanecían entre tres y cuatro días, hasta completar un cupo limitado para continuar el viaje hacia Tijuana, donde eran distribuidos a zonas rurales, en viviendas adecuadas para albergar a grupos de 20 a 30 personas, donde las preparaban para el último tramo del viaje, a pie, en pleno desierto. Como parte de pago, obligaban a cada migrante a transportar paquetes de 4 a 20 kilos de cocaína o a ingerir entre 20 y 80 cápsulas del alcaloide.
Luego, en coordinación con coyotes al servicio de sus socios de la mafia mexicana, los migrantes iniciaban el paso fronterizo, realizando desplazamientos diurnos y nocturnos, vestidos con prendas camufladas, con el fin de evadir los controles de las autoridades mexicanas y estadounidenses. Una vez lograban cruzar la frontera, los delincuentes presionaban a los migrantes a grabar un video de agradecimiento a ‘Don Antonio’, como estrategia publicitaria para difundir en las redes sociales.
Ahora, además de responder por los delitos de concierto para delinquir, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones, homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, el capturado tendrá que enfrentar un nuevo expediente por tráfico de migrantes.
Paola Martínez Burgos