En un llamado ferviente, el Papa Francisco ha elevado su voz en favor de la “liberación incondicional de todas las personas secuestradas” en Colombia, pronunciándose tras el anuncio del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de renunciar a los secuestros en el marco de las conversaciones con el Gobierno. Este gesto, según el pontífice, va más allá de una acción estratégica, siendo un “deber ante Dios” y un catalizador para “favorecer un clima de reconciliación y paz en el país”.
El compromiso del ELN de suspender los secuestros con fines económicos, anunciado durante el quinto ciclo de negociaciones con el Gobierno, ha sido celebrado tanto por la Misión de la ONU en Colombia como por diversos sectores políticos, independientemente de su orientación ideológica. La sociedad colombiana, marcada por clamores contra el secuestro, encuentra en esta renuncia un paso significativo hacia la paz.
El llamado del Papa Francisco se suma a una serie de acontecimientos que marcan un cambio en la postura de grupos guerrilleros. El Estado Mayor Central (EMC) de las FARC también ha anunciado su renuncia al secuestro con fines económicos, retomando las negociaciones de paz con el Gobierno. En este contexto, Bogotá será sede del tercer ciclo de diálogos de paz entre el Gobierno Nacional y el EMC, centrando la discusión en el alto al fuego bilateral y la liberación de secuestrados.
La Defensoría del Pueblo de Colombia ha hecho un llamado urgente al priorizar el tema de los secuestrados en las mesas de diálogo, publicando una lista con 91 personas que permanecen en cautiverio. Según la Fundación Paz y Reconciliación, entre enero y octubre, al menos 287 personas fueron secuestradas, marcando el mayor pico desde 2016.
El Papa Francisco, en sus llamamientos, ha extendido su preocupación por otros conflictos, instando a rezar por la paz “en Ucrania, en Palestina, en Israel y en el mundo entero”. Además, expresó su cercanía a la población de la República del Congo afectada por inundaciones y envió sus mejores deseos a los cristianos de Oriente celebrando la Navidad.
Durante el Ángelus, el Papa reflexionó sobre el sacramento del Bautismo, destacando cómo este acto sagrado simboliza la entrada de Dios en nosotros, purificando y sanando nuestros corazones. En este contexto, el llamado a la liberación de secuestrados se convierte en un acto no solo de justicia, sino también de paz y esperanza para Colombia y el mundo.
Humberto ‘Toto’ Torres