Irán se encuentra sumido en luto tras un ataque devastador perpetrado por el Estado Islámico, que se atribuyó la responsabilidad de la doble explosión que cobró la vida de al menos 84 personas cerca de la mezquita de Saheb al-Zaman. Este trágico suceso ocurrió en Kerman, justo antes de la conmemoración del cuarto aniversario del ataque estadounidense que resultó en la muerte del general Qassem Soleimani.
La detonación, ejecutada por dos miembros del Estado Islámico que activaron cinturones explosivos en medio de una reunión cerca de la tumba de Soleimani, ha generado conmoción y dolor en el país. Las autoridades iraníes han decretado un día de luto nacional en honor a las víctimas, marcando este atentado como el más mortífero desde un incendio provocado en un cine en Abadán en 1978.
Este acto violento, ocurrido en un contexto regional tenso, se suma a una serie de acontecimientos recientes, incluyendo la muerte de un alto cargo de Hamás en un ataque atribuido a Israel en Líbano y la escalada de tensiones entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
Antes de la reivindicación del Estado Islámico, Irán señaló a Israel y Estados Unidos como posibles responsables, generando una amenaza de escalada en el conflicto en Gaza. Sin embargo, la atribución oficial por parte del Estado Islámico ha intensificado aún más las preocupaciones sobre la estabilidad y la seguridad en la región.
Las cifras iniciales de muertos variaron, pero se ha confirmado que al menos 84 personas perdieron la vida, mientras que 284 resultaron heridas en el ataque. Este suceso ha generado una ola de condenas internacionales, incluyendo la del presidente ruso Vladimir Putin, quien calificó el acto como “chocante por su crueldad y cinismo”, así como el secretario general de la ONU, António Guterres, y líderes de la Unión Europea, Francia, Alemania, Jordania y Arabia Saudita.
El presidente iraní Ebrahim Raissi ha cancelado un viaje previsto a Turquía en respuesta al atentado, mientras que el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, ha prometido una “respuesta severa” ante lo sucedido.
Este acto de violencia ha generado tensiones geopolíticas y un clima de incertidumbre en la región, mientras Irán y sus aliados señalan a Israel y Estados Unidos como presuntos responsables, lo que ha sido calificado como “absurdo” por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
El Estado Islámico ha resurgido como protagonista de este acto violento, reafirmando su capacidad para llevar a cabo ataques de gran magnitud y su presencia en la región. Mientras tanto, la comunidad internacional espera una resolución pacífica y una contención ante una posible escalada en las tensiones que podrían tener repercusiones a nivel global.