78 años de historia que tuvieron un antes y un después tras la primera participación en Copa Libertadores.
‘El grande matecaña’ como se le conoce tradicionalmente a uno de los dos equipos del eje cafetero, pasó de ser un club que peleaba por no descender, a llenar de fe y alegría a una hinchada fiel, eufórica y que no olvida lo conseguido por Restrepo y sus muchachos.
Ya han pasado más de 70 años de aquella temporada de 1949, año en el cual Pereira hizo su debut oficial en el fútbol profesional colombiano ante la Universidad Nacional, de aquel recorrido y trasegar, pesan más las decepciones y desilusiones, las cuales incluyen dos descensos, 10 años jugando en segunda división y solo una final disputada en su historia hasta el año 2022.
“El glorioso” como catalogó al equipo el narrador deportivo Gustavo el ‘Tato’ Sanin, afrontaba un 2023, bajo dos percepciones. La primera siendo el vigente campeón de Colombia, un equipo que con poco hizo mucho en el torneo local, pero que a su vez se enfrentaba a su primera experiencia internacional, teniendo como rival de grupo a uno de los equipos más grandes del continente, Boca Juniors. El reto era grande, pero la ilusión de seguir escribiendo con letras doradas el nombre del equipo también, pocos creían que Pereira pudiera figurar en un certamen internacional, mientras otros se unían a la mayoría, argumentando que Pereira no tenía nada que demostrar.
La dirección de un técnico joven, una plantilla sin mucho recambio y con poca experiencia internacional y la desarticulación del equipo campeón, parecían ser factores que le jugaban en contra al conjunto de la ‘Perla de Otún’. Sin embargo, la tenacidad, valentía y personalidad de sus jugadores y cuerpo técnico, hacían soñar a los aficionados, los cuales a medida que avanzó el certamen se fueron convirtiendo en centenares de hinchas de diferentes equipos, que deseaban ver al Deportivo Pereira hacer historia en la Copa Libertadores.
La travesía comenzó recibiendo en casa al ‘Cacique’ Colo Colo aprovechó los nervios del ‘primiparo’ para llevarse un punto del Hernán Ramírez Villegas, posteriormente vendría el injusto resultado en la Bombonera, donde los dirigidos por Restrepo hicieron un partido casi perfecto, pero cayeron en el último minuto. Dos resultados que aumentaban la hipótesis de que Pereira no estaba preparado para competir internacionalmente.
Vendrían la victoria ante Monagas y el categórico triunfo ante Boca Juniors, siendo el único club que venció al conjunto argentino en la Copa. Todo se definía en la última jornada en el Nacional de Chile, un empate le bastaba al ‘Grande Matecaña’ para avanzar a octavos de final.
Duelo que supo sufrir, teniendo como figura al golero Aldair Quintana y a un líder en la cancha como Carlos Ramírez, Deportivo Pereira conseguía lo impensado, clasificar a octavos de final en su primera participación internacional.
Ahora todo era posible y la expectativa venía en aumento, en la primera serie de la fase final, Pereira enfrentaba al vigente campeón de la Copa Sudamericana y la Recopa. Independiente del Valle, el equipo más sólido de Ecuador en los últimos años.
En la ida él fue ventaja para Pereira 1-0, mientras en la vuelta lo que pudo haber sido una goleada en el primer tiempo, terminó siendo un empate en la segunda mitad, resultado que ubicaba a Pereira entre los mejores 8 equipos del continente.
Al escuchar el pitazo del central, Hasta el más fuerte se quebró, al ver la alegría de Ángelo Rodríguez y las lágrimas de Carlos Ramírez y Jimer Fory. La siguiente parada era Brasil.
Palmeiras le puso fin al sueño continental, solo 30 minutos fueron suficientes para sacar ventaja ante un equipo que no estaba acostumbrado a jugar instancias definitivas.
Aquella noche del 30 de agosto nadie reprocho, solo se escucharon aplausos para un equipo que cerraba un ciclo, del cual ellos saben que puede no vuelvan en un tiempo cercano, pero que seguro nadie olvidará.
Alexander Cortés.