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COP28: Un acuerdo mundial hacia una transición energética

Los delegados presentes en la conferencia estuvieron de acuerdo en que la humanidad no dependa de los combustibles fósiles.

La Cumbre del Clima de Dubái (COP28) acordó iniciar una transición para sustituir los combustibles fósiles luego de dos semanas de intensas negociaciones en las que cerca de 200 países debatieron sobre el manejo colectivo de la crisis climática.

Los países representados en la conferencia concluyeron este miércoles el ‘Balance Global’, el acuerdo con el que aspiran a reforzar su acción climática para contener el aumento de temperatura y que no supere el grado y medio respecto a los niveles preindustriales.

Este acuerdo, aprobado por unanimidad en el plenario, convoca a los estados a iniciar una transición para alejarse de los combustibles fósiles, “de manera ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, con el fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, de acuerdo con la ciencia”.

El objetivo es que al 2050 se cuente con un balance “neutro” de emisiones de gases de efecto invernadero, como estipula el Acuerdo de París de 2015.

“Hemos sentado las bases para lograr un cambio transformador histórico”, expresó el presidente de la conferencia, el emiratí Sultan Al Jaber, entre los aplausos de los asistentes.

Tras ocho años del Acuerdo de París, la comunidad internacional dice que hay que prepararse para dejar atrás las fuentes de energía que le han permitido el mayor crecimiento económico de la historia.

Sin embargo, hasta el plenario convocado en COP28 había incertidumbre sobre si el acuerdo que marcaría el fin de la era de los combustibles fósiles sería aceptado por países petroleros como Arabia Saudí, a quien señalaban como principal opositor.

El documento final de la COP28 propone “triplicar la capacidad energética renovable” y “duplicar la eficiencia energética media” de aquí a 2030. La transición energética deberá ser “justa, ordenada y equitativa”, indica el texto.

Más del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero se deben al petróleo, el gas y el carbón. Pero esa mezcla de combustibles representa a su vez la inmensa parte de la energía que consumimos diariamente.

La meta es 2050, pero no deja claro que, para esa fecha, clave en el calendario de la batalla climática, los países hayan abandonado totalmente su dependencia de la energía fósil. Lo que la comunidad internacional reitera es que a mediados de siglo tiene que lograr equilibrar el CO2 que envía a la atmósfera con el que retiene (“neutralidad de carbono”).

Aunque hubo un acuerdo unánime, las posiciones divergentes no se hicieron esperar: “No reconocimos que la producción de combustibles fósiles tiene que empezar a bajar”, advirtió la ministra colombiana, Susana Muhamad. A pesar de que la representación colombiana anunció en Dubái que se adhería a una coalición de países que se comprometen a dejar de invertir en la explotación petrolera.

El texto representa un “paso adelante” pero “no suministra el equilibrio necesario para reforzar la acción mundial”, reaccionó la Alianza de los pequeños Estados Insulares, amenazados por la subida de las aguas.

La COP28, que empezó en firme el 30 de noviembre, cuando los países acordaron, tras apenas un año de negociaciones, un fondo de daños y pérdidas para los países más afectados por el cambio climático.

A pesar de todas las promesas, el mundo aumenta invariablemente sus emisiones de gases de efecto invernadero, y los expertos advierten que, de aquí a 2030, los compromisos de reducciones propuestos en Dubái solo representarán una tercera parte del sacrificio necesario.

El planeta vivió en 2023 su año más caluroso desde que se tienen registros, aseguran los climatólogos.

Juan Joya