En los últimos días, los habitantes de Bogotá han sido testigos de un inusual fenómeno atmosférico que ha dejado perplejos a muchos. Desde varios puntos de la ciudad, se ha observado un cielo cubierto por una misteriosa capa de color gris que parece resistirse a desvanecerse.
Esto tiene una explicación científica: se trata de lo que los expertos llaman una “inversión térmica”, un fenómeno atmosférico que ocurre cuando la contaminación en la atmósfera se acumula, formando una especie de “nata” de contaminantes.
La inversión térmica se caracteriza por una situación inusual en la que la temperatura en las capas superiores de la atmósfera es más alta que la que se registra en la superficie de la Tierra.
Lo normal sería que la temperatura disminuyera a medida que uno se aleja de la superficie, pero en este caso, sucede lo contrario.
Según la Secretaría de Ambiente, este fenómeno suele dar lugar a la aparición de esta extraña “nube negra” en el cielo de Bogotá, especialmente entre los meses de agosto y octubre, lo que dificulta la dispersión de la contaminación.
Los episodios de inversión térmica se agravan cuando hay partículas contaminantes en el aire, como las producidas por incendios forestales o quemas agrícolas, entre otros factores.
Ante esta situación, la entidad ambiental ofrece algunas recomendaciones para mejorar las condiciones atmosféricas en la ciudad. Estas incluyen el uso de la bicicleta como medio de transporte, la reducción del uso de vehículos particulares, la preferencia por el transporte público, la evitación de quemas y la realización de la revisión técnico-mecánica de los vehículos.
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