El Ejecutivo de Rishi Sunak envió al Parlamento el borrador de la medida para prohibir a la empresa paramilitar privada Wagner, así como a aquellos que los apoyen o financien al grupo creado por el difunto Yevgeny Prigozhin, que falleció el mes pasado en un accidente aéreo.
En un anuncio impactante, la ministra del Interior británica Suella Braverman categorizó a los mercenarios rusos del Grupo Wagner como “violentos y destructivos”, mientras el Gobierno de Reino Unido se prepara para declararlos como una “organización terrorista”.
Este miércoles 6 de septiembre, el Ejecutivo presentó un proyecto ante el Parlamento británico que busca declarar ilegal la pertenencia al grupo, así como su apoyo y financiación.
Braverman también señaló que los mercenarios de Wagner actúan “como herramienta militar de la Rusia de Vladimir Putin en el extranjero”, convirtiendo esta prohibición en una muestra adicional de apoyo a Kiev, en medio de 19 meses de invasión de las fuerzas del Kremlin en Ucrania.
Londres tiene la intención de incluir a Wagner en su lista de organizaciones terroristas, equiparándolos a Al-Qaeda o el autodenominado Estado Islámico.
“Wagner ha estado involucrado en saqueos, torturas y asesinatos bárbaros. Sus operaciones en Ucrania, Medio Oriente y África son una amenaza para la seguridad global”, declaró la ministra del Interior en un comunicado, enfatizando que el peligro se extiende incluso a los ciudadanos británicos en el extranjero.
El primer ministro Rishi Sunak expresó su preocupación por la empresa de mercenarios privada, afirmando que “amenaza la democracia y la libertad en todo el mundo”, dado que sus actividades bélicas y violaciones de derechos humanos se extienden más allá de Ucrania, alcanzando principalmente a África y varios países de Medio Oriente.
“Impulsados por el Kremlin, los métodos de tortura, robo y barbarie del Grupo Wagner amenazan la democracia y la libertad en todo el mundo. Es cierto que hoy proscribimos al grupo por lo que es: una organización terrorista”, escribió el líder británico en sus redes sociales.
Penalidades severas y un mensaje claro
La medida, que ha sido objeto de críticas por llegar aparentemente tarde, entrará en vigor el próximo 13 de septiembre. Esto no solo afectará a los miembros del grupo, sino también a las personas o empresas que apoyen y financien sus actividades, así como a los bienes de la empresa de mercenarios, que serán categorizados como propiedad de terroristas y confiscados. Las penas podrían llegar hasta los 14 años de prisión.
El secretario de Defensa británico, Grant Shapps, explicó: “Esencialmente significa que ya no puedes o ya no podrás ser parte de ese grupo en el Reino Unido porque serán considerados una organización terrorista, por lo que no podrás pertenecer a él, no podrás utilizar sus insignias o logotipos”.
Esta no es la primera vez que las autoridades británicas toman medidas contra el Grupo Wagner. En 2020, sancionaron a su líder y en marzo de 2022 a todos los miembros y empresas vinculadas con los mercenarios en varios países de África, donde su presencia es más fuerte que en Ucrania. Esta vez, los declaran “terroristas” en un momento en que los mercenarios enfrentan un periodo de declive, tras la muerte de su líder, Yevgeny Prigozhin, en un accidente aéreo el mes pasado.
La muerte de Prigozhin, envuelta en especulaciones y distintas versiones sobre el papel del Kremlin en el accidente, deja a los mercenarios, que se estiman en más de 25.000 combatientes, y a la empresa privada en una situación incierta.
Reino Unido se une a la condena internacional
Reino Unido se suma a Estados Unidos, que en 2023 ya había nombrado al grupo Wagner como “organización criminal trasnacional”. Además, en los últimos meses, ha habido pedidos dentro del Parlamento Europeo para que el bloque agregue al grupo a su lista de terroristas, aunque aún no se ha logrado un consenso al respecto.
Mientras tanto, el Kremlin ha exigido al Gobierno británico que “de jure” reconozca la existencia de la empresa paramilitar, a pesar de que para Moscú no existe tal organización. Aunque técnicamente está declarada como ilegal dentro de Rusia, Putin ha reconocido en varias ocasiones financiar con dinero estatal a los mercenarios, lo que ha generado tensiones a nivel internacional.
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