En un escenario cargado de tensiones y marcado por un empate más en el historial reciente del Junior de Barranquilla, el técnico Hernán Darío Gómez, conocido como “El Bolillo”, se encuentra en el centro de la tormenta, enfrentando no solo las adversidades en el terreno de juego, sino también lidiando con un ambiente hostil y demandante por parte de los fanáticos.
El estadio Metropolitano fue testigo de otro resultado que dejó a los Tiburones en una posición incómoda, acumulando cinco partidos sin victoria en lo que va de este semestre. Mientras los ánimos de la afición albirroja se caldean, Hernán Darío Gómez lucha por mantener el rumbo y enderezar el camino del equipo.
En la rueda de prensa posterior al encuentro, el Bolillo se enfrentó a preguntas acerca de los insultos que ha recibido y los gestos que realizó al llegar al Metropolitano. “Los futbolistas sienten que no hay apoyo al técnico. Son cosas que uno tiene que pensar”, señaló, dejando entrever la frustración que acompaña a su labor. Expresó su intención de conversar con los directivos, sugiriendo la posibilidad de que otro entrenador asuma el mando en busca de decisiones frescas.
No obstante, el estratega no se limitó a abordar las críticas y cuestionamientos. Gómez resaltó la dificultad de mantener el equilibrio emocional en medio de la presión y compartió sus sentimientos respecto a la situación. “Yo fuerza sí tengo, pero lo que tengo es como piedra y rabia”, admitió, manifestando su compromiso con el equipo y su determinación por encontrar soluciones.
Respecto al gol anulado que pudo haber cambiado el rumbo del partido, Gómez expresó con pesar: “En la situación en que estamos viviendo, tener la opción clara, no la metemos. Uno con un gol gana, no necesita más, pero no la metemos. Al no meter esa opción, el equipo siente el cimbronazo porque pierde la tranquilidad porque no gana”. Esta situación de juego acentuó la complejidad de la situación y la frustración en el equipo.
En cuanto a los gestos polémicos que tuvo hacia un hincha y las acusaciones de una campaña en su contra, Gómez respondió de manera contundente: “Si a mí me insultan y maltratan, yo también voy con papa y yuca e insulto y maltrato también al que me maltrata”. Dejó en claro que, aunque no ha faltado al respeto a nadie, no está dispuesto a tolerar irrespetos en su dirección.
El Bolillo Gómez reflejó la difícil realidad que enfrenta como líder de un equipo en crisis, donde el descontento de la afición y los resultados adversos convergen en un torbellino de desafíos. Mientras tanto, el futuro de su papel al frente del Junior de Barranquilla permanece en el aire, a la espera de las decisiones que se tomen para encaminar al equipo hacia la ansiada senda de la victoria.
Humberto ‘Toto’ Torres