El observatorio de la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA), Copernicus, impactó con una noticia alarmante el pasado jueves 3 de agosto. Los incendios forestales en Canadá han batido el récord anual nacional de emisiones de carbono. De acuerdo con los datos revelados, las cifras actuales de liberación de carbono superan en más del doble el récord previo establecido en 2014. Esta situación representa una grave crisis ambiental y climática para el país norteamericano.
Desde principios de mayo, Canadá ha sido azotada por más de 990 incendios, de los cuales 613 aún permanecen fuera de control, según las autoridades. La magnitud de los incendios y la continuación de su propagación han generado una crisis ambiental y climática sin precedentes.
Mark Parrington, científico del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus, expresó su preocupación ante la situación: “Hemos estado monitoreando las emisiones de los incendios en todo Canadá durante los últimos tres meses, y en este periodo han seguido aumentando de forma casi continua hasta un nivel que ya es considerablemente superior a las emisiones anteriores registradas en nuestra base de datos para todo un año en este país”.
El impacto del cambio climático en Canadá se ha vuelto cada vez más evidente, con fenómenos meteorológicos extremos que ocurren con mayor frecuencia e intensidad. La ubicación geográfica del país lo hace más susceptible a los efectos del calentamiento global, lo que ha llevado a una aceleración en la frecuencia de incendios y su severidad.
Las emisiones vinculadas a los incendios en las zonas boreales alcanzan su punto máximo generalmente a finales de julio o principios de agosto, y se espera que sigan aumentando durante las próximas semanas. La preocupación por el impacto a largo plazo en la calidad del aire, el cambio climático y la salud de la población es cada vez mayor.
Ante esta situación crítica, Canadá se enfrenta al desafío de tomar medidas efectivas para controlar los incendios y reducir las emisiones de carbono. El país, junto con la comunidad internacional, deberá colaborar para enfrentar esta crisis climática y proteger el medio ambiente para las generaciones futuras.
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