El gobierno de Colombia presenta un ambicioso proyecto educativo en el Congreso para elevar el bachillerato hasta el grado 12. Esta iniciativa, que forma parte de dos proyectos cruciales para el sistema educativo del país, se presentó en la inauguración de la nueva legislatura del Congreso el 20 de julio.
Uno de los proyectos buscará reformar la Ley 30 de 1992, que regula la educación superior, mientras que el segundo pretende modificar la Constitución para establecer que la educación, desde la básica hasta la superior, sea reconocida como un derecho fundamental.
En el borrador del segundo proyecto, se destaca la creación del grado 12 como un requisito obligatorio tanto para colegios públicos como privados. Esta reforma pretende expandir la concepción de la educación como un derecho fundamental en la Constitución, abarcando todos los niveles educativos, desde la educación elemental hasta niveles superiores como la educación técnica, tecnológica o profesional.
La ministra de Educación, Aurora Vergara, asegura que el Estado asumirá la responsabilidad de financiar, ofrecer y garantizar progresivamente el derecho a la educación superior, adaptándose a la regulación vigente para esta área educativa.
El proyecto también busca integrar de manera coherente la educación media con los niveles superiores, considerando el grado 12 como un elemento articulador fundamental.
Los pilares fundamentales de esta propuesta educativa incluyen la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y adaptabilidad. La disponibilidad implica asegurar la infraestructura educativa adecuada y los recursos necesarios para satisfacer la demanda educativa en todo el territorio nacional. La accesibilidad se refiere a garantizar que todas las personas, sin importar su origen, tengan la oportunidad de acceder al sistema educativo.
La aceptabilidad está vinculada a la calidad de la educación y la relevancia de los contenidos, asegurándose de que sean pertinentes para la comunidad y su contexto regional y cultural. Por último, la adaptabilidad destaca la importancia de personalizar el sistema educativo para atender las necesidades individuales de cada estudiante y asegurar su permanencia en el sistema.
Además, la ministra resalta la relevancia del sistema de aseguramiento de la calidad y el bienestar universitario, subrayando que esta es una preocupación compartida entre los estudiantes, quienes consideran esencial garantizar que las instituciones de educación superior promuevan el bienestar estudiantil.
Esta propuesta, de ser aprobada, significaría un paso significativo hacia una educación más inclusiva, integral y orientada al desarrollo de las capacidades de los estudiantes en Colombia. Ahora, queda en manos del Congreso valorar y debatir la viabilidad y alcance de esta reforma educativa, cuyo impacto podría ser trascendental para el futuro de la nación.
Humberto ‘Toto’ Torres