Hace poco me encontré con esta frase: “A veces, para tenerlo todo, hay que aprender a vivir sin nada”, creo que todos en alguna ocasión hemos tocado el fondo en alguna área de nuestra vida, creemos y pensamos que ya todo está acabado y que ya no quedan esperanzas.
Hoy quiero recordar un versículo que nos alienta para seguir adelante a pesar de los tropiezos que hemos tenido.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28
En la Palabra de Dios aparecen muchos personajes que aparentemente tuvieron fracasos, pero siempre surgieron y siempre se levantaron con la ayuda de Dios.
Hay personas, que en la vida han tenido grandes éxitos y después de saborear el dulce sabor del triunfo, han fracasado en algo, y luego se desaniman. Hoy quiero recordarte algo, aunque hayas tenido muchas victorias en la vida, también puedes fracasar, y aunque hayas tenido multitud de fracasos, llegará el tiempo de triunfar.
En nuestro lenguaje humano, fracaso es cuando algo que planificas, no dio resultado, es cuando ves que todos tus esfuerzos fueron en vano, cuando sientes que todas las puertas se cierran, cuando te sientes solo y sin ayuda, un fracaso, entonces, es un suceso lastimoso y funesto, es algo decepcionante, fracaso, es el resultado adverso de una cosa que se esperaba que sucediera bien.
Se puede fracasar por descuido, por negligencia, por falta de conocimiento, por errores cometidos, por falta de confianza, en fin, los fracasos hacen parte de nuestra vida, pero hoy les tengo una excelente noticia, Dios nos levantará siempre, aunque en nuestra mente ronden pensamientos de derrota, aunque ya no tengamos fuerzas para levantarnos, Dios no nos dejará en el suelo, su Mano Poderosa, se extenderá para ayudarnos a salir adelante.
Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
Salmo 73:26
Dios se encargará de todas esas cosas que nos aturden y nos quieren reducir, recuerda que Él nos va a levantar como las águilas, y vamos a volar muy alto, a remontarnos a las alturas, vamos a salir adelante, es cuestión de ponerle fe y acción a la vida, tal vez, al principio nos dé un poco de miedo, pero en la meta, nuestro corazón se llenará de alegría, hoy es el día para dejar a un lado las excusas, las justificaciones y los pensamientos de derrota, llegó el momento de brillar y de crecer, llegó el momento de entender que los caminos difíciles, conducen a los mejores lugares.
Lo mejor de tocar fondo, es que si lo asumimos y lo entendemos como una gran enseñanza en la vida, empezaremos a escalar de nuevo y llegaremos hasta la cumbre de nuestros sueños.
Las caídas y los problemas, hacen parte del camino, pero Dios, siempre nos dará otra oportunidad.
Humberto ‘Toto’ Torres