La etapa reina abrió la puerta al tramo final del Giro de Italia y, con ella, una victoria más para Colombia en la Corsa Rosa.
Una jornada de cinco puertos de montaña, 183 kilómetros y la meta en el punto más alto del Giro, Tre Cime di Lavaredo. Ocho días después de la victoria de Einer Rubio, Colombia volvió a llenarse de ilusiones, esta vez, con Santiago Buitrago que, en los primeros movimientos de la carrera, se metió en la fuga.
Como dice el dicho “en el desayuno, se sabe cómo será el almuerzo.” y, desde el primer ascenso del día, se presentía una nueva victoria colombiana.
Como los mejores estrategas y planificadores, las fichas del Bahrain se movieron con inteligencia, Carusso a rueda del líder y, el mejor trabajo del día, la etapa con Buitrago.
Los puertos fueron seleccionando una numerosa fuga, los pedalazos de Buitrago se vieron sólidos en cada momento; junto a él, siete corredores resistieron: Magnus Cort Nielsen, Michael Hepburn, Carlos Verona, Vadim Pronskiy, Nicolás Prodhomme; no obstante, el colombiano se perfiló como el mejor, entre sus compañeros de fuga, para el puerto final.
Una vez la carrera pasó por el sprint en Cortina d’Ampezzo, en el horizonte se vislumbró el imponente ascenso final, dividido en dos puertos; de nuevo, la jornada del Giro picaba en punta hacia una nueva victoria colombiana.
El ascenso final desgranó por completo al grupo en punta, pero nunca pudo contra la fuerza en las piernas de Buitrago que se reguló hasta el final. Todos estos días de trabajo como gregario le entregaron la mayor recompensa en los últimos kilómetros de la etapa reina. Derek Gee buscó tomar ventaja e irse en solitario, pero el colombiano siempre estuvo a su altura aunque con más piernas que el canadiense, que se lleva los aplausos por mostrar condiciones entre otros grandes corredores.
Leer la carrera, escuchar las indicaciones de su equipo y sentir su cuerpo, fueron los elementos que llevaron a Buitrago a construir con inteligencia su segunda victoria en un Giro de Italia.
Gee no soportó las rampas de los últimos dos kilómetros y, en ese momento, Buitrago supo que podía partir en solitario y, con el impulso del deseo de reinar en la Cima Coppi, partió para pedalear solo los últimos 1.700 metros. Tiempo tuvo para mirar atrás y darse cuenta de que lo había logrado. Buitrago se enderezó, se puso las gafas, se cerró la chaquetilla y alzó los brazos. Sus dedos, que señalaron al cielo, y su mirada entre lágrimas de emoción cerraron la puerta de los 183 kilómetros de la etapa reina y sentó a un nuevo rey de la Cima Coppi: Santiago Buitrago.
Colombia celebró una vez más en esta edición y fue gracias a Buitrago que, además, se acerca al top 10 de la general junto con otro gran escalador, Einer Rubio. Aún queda una crono escalada que terminará de definir a los mejores de la primera gran vuelta de la temporada.
Sábado y domingo, serán los dos últimos capítulos del Giro y una última oportunidad en Roma para Colombia, con Gaviria que no ha encontrado la anhelada victoria de etapa en esta carrera.
Por Laura Marcela Ruiz Rangel