La verdadera paz es…

La paz no es ausencia de guerra o de conflictos; la verdadera paz, es resultado del gobierno de Dios en el corazón de los seres humanos trayendo justicia y la equidad. Todos estamos llamados a procurar, construir, practicar y trabajar la paz, un asunto por estos días olvidado por casi todos, ya que vemos violencia desde el simple hecho de enojarnos hasta con desconocidos y perder el control llegando a actos deplorables como agredir a una persona que trabaja para pagar sus estudios universitarios. 

Cuando hablamos de experimentar paz, debemos tener claro que esta, no depende de las circunstancias, de las autoridades o de entornos donde nos movemos, sino de procurar mantener el corazón limpio, alineado a la voluntad de Dios, pues solo así, habrá la seguridad y tranquilidad de saber que estamos en el camino correcto. 

La paz no está en algo, sino en alguien y tiene nombre propio: Jesucristo.  Cuando nos encontremos con él y experimentemos la nueva vida en él, podremos disfrutar de la paz real que promueve una calidad de vida.  Solo cuando una persona, una familia, una comunidad pone en el centro de su ser a Cristo, podrá experimentar la paz verdadera. 

El camino para la paz entonces es volver en amistad con Dios:                                                                   

 “Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien” 

Job 22:21 

Para volver a emprender acciones concretas y duraderas para mantener la paz es necesario perdonar, restituir, olvidar, pagar lo justo, compartir, no robar, no mentir, etc. 

Dios que es la fuente de la paz, nos llama a construir desde nuestros hogares la tan anhelada paz, es allí desde donde podemos aportar para la paz en este mundo lleno de conflictos.  Solo viviendo la reconciliación en todos los niveles, será posible hacer de la familia una maravillosa estrategia para que todos alcancemos la paz. 

“Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre”.   

Isaías 32:17 

El comienzo de la paz familiar se da con la restauración del corazón de cada uno de los miembros, y eso, solo se logra cuando la mano de Dios empieza a tocar cada vida. 

Los invitamos a culminar el 2022 e iniciar el 2023 en Israel del 27 de diciembre al 8 de enero. 

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Escrito por Juan Carlos Gaviria y Yolanda Salazar