Estoy completamente seguro que te ha sucedido en algún momento de tu vida que no encuentras el camino a seguir; asimismo, los momentos difíciles que enfrentas parecen no tener solución; crees que todas las puertas se te han cerrado y todas las personas que te rodean, que supuestamente deberían ayudarte, te dan la espalda y se niegan a brindarte apoyo.
Ahora bien, si hay algo que debemos tener presente es que las adversidades forman parte de la vida, y con ellas, Dios cumple su propósito para enseñarnos a crecer, a madurar y a desarrollar nuestro carácter como sus verdaderos hijos.
Sin adversidades, no aprenderíamos a ser vencedores, no valoraríamos los triunfos; ya que, las dificultades de la vida nos enseñan a sobreponernos, a levantarnos y a luchar.
Lo mejor de todo, es saber que nuestro Padre Dios, siempre está ahí cerca de nosotros para ayudarnos a salir de todas las aflicciones.
6 Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
8 Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Deuteronomio 31:6,8
Una de las cosas que debemos entender, es que las adversidades no son en sí realmente el problema; las adversidades son esa escuela de formación y capacitación que la vida nos ofrece, son ese lapso de tiempo de trato de Dios para cada uno de nosotros. Lo que realmente sería un problema, es la actitud que tomemos frente a las adversidades, si aprendemos a ver las adversidades con los ojos de Dios no nos desesperaremos sino que las enfrentaremos con fe, con confianza y seguridad y de esta manera, saldremos adelante.
Las pruebas y las adversidades, son necesarias porque desarrollan paciencia en nuestras vidas y con ellas, se va forjando nuestro carácter y de esta manera adquirimos la fortaleza para seguir enfrentando cualquier obstáculo en la vida.
Una de las cosas más importantes es saber que las dificultades que enfrentamos, no son para siempre, en algún momento, vamos a salir de ese problema y seremos personas diferentes, pues todo este proceso, nos lleva a crecer como personas.
Enfrentar, soportar y salir adelante cuando hay dificultades, dará mucha fortaleza a nuestras vidas, nos hará más fuertes y seremos más resistentes y más resilientes para vivir cualquier proceso por duro que sea.
12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:12-14
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Édgar Jaimes