Durante varios meses, los aliados occidentales se devanaron los sesos buscando cómo evitar que Putin invadiera a Ucrania.
Puesto que siempre sostuvieron que no lo enfrentarían militarmente, depositaron toda su confianza en que, amenazándolo con sanciones económicas, él sería disuadido de atacar.
Y confiaban en eso porque le habían dejado claro que no le castigarían con sanciones económicas de poca monta.
Por el contrario, siempre sostuvieron que le desconectarían del sistema Swift, lo que, según los propios economistas, equivale a que en el campo militar “se lanzara una bomba nuclear”.
Aún así, ponerse de acuerdo en lo del Swift fue sumamente difícil para ellos y tardaron 48 horas en decidirse.
De hecho, algunos gobiernos insistieron hasta el último momento en que debían ponerse a buen recaudo del ‘efecto bumerán’ que la sanción podría producir.
Efecto bumerán consistente en que al tratarse de una ‘sanción de doble vía’, sus efectos también perjudicarán a todo aquel que interactúe con Rusia.
Por ende, al recibir esta sanción, Putin debería estar herido de muerte y, si ella realmente funcionase, él debería detener el avance de sus tropas y replegarlas a Rusia.
Pero la verdad es que no hay ninguna evidencia de que todo aquello haya sucedido.
Por supuesto, muchos dirán ahora que si lo del Swift no funciona es porque solo desconectaron a “algunos bancos”, y no a todos.
Pero si esto fuese cierto, lo único que demostraría es que los cerebros económicos de Occidente son retardados mentales.
En efecto, ¿ a quién se le ocurriría aplicar una sanción que, automáticamente, pudiese ser burlada por el sancionado ?
En cambio, lo que ha podido verse es que Putin ha proseguido la invasión y que, con ciertos sobresaltos -apenas comprensibles-, instaurará un régimen político-militar absolutamente funcional y plegado al Kremlin.
Solo entonces iniciará la retirada gradual de las tropas, siguiendo el modelo restaurativo y estabilizador implementado en enero, en Kazajistán, cuando, mediante una intervención quirúrgica, sofocó el levantamiento de los opositores a la dictadura.
En resumen, es enormemente significativa la desconexión del Swift.
Pero no porque doblegue a Rusia, sino porque ¡ finalmente ! los aliados lograron ponerse de acuerdo en algo.
Y eso, que es lo mínimo necesario para enfrentar a un agresor avasallador, pertinaz y perspicaz, parecía casi imposible.
Sea como sea, es de esperar que tal espíritu de unidad perdure con el fin de evitar el próximo paso que Putin tiene en mente : ¡ la invasión de Georgia y / o Moldavia.
vicentetorrijos.com