Según el diario alemán ‘Der Spiegel’, Rusia podría invadir a Ucrania este miércoles y, aún así, Biden sigue repitiendo aquello en lo que se ha obstinado desde el inicio de la crisis : que no enviará tropas allí, ni siquiera para evacuar a sus connacionales, porque con ello « podría iniciar una guerra mundial ».
Lo que él no alcanza a percibir es que con esa lasitud, con esa actitud permisiva, con esa licencia abierta que le concede a Moscú para que invada a Ucrania sin encontrar resistencia aliada, podría, justamente, precipitar la guerra que dice querer evitar.
Y podría estar precipitándola porque, al negarse a disuadir a su adversario esencial, rompe el principio sagrado de la ‘destrucción mutua asegurada’, aquel que sirve para que un país que posee armas nucleares se refrene y no ataque a otro que también las tiene, por el temor a que, al enfrentarse, ambos terminen eliminándose mutuamente.
En cambio, si hubiese decidido disuadirlo a tiempo, o incluso si se decidiese a disuadirlo ahora enviando tropas a Ucrania para que cumplan el mismo rol que están asumiendo los 30 mil soldados que mantiene estacionados en Corea del Sur, estaría conteniendo exitosamente a los rusos y, por ende, evitando la guerra.
Exitosamente, porque les dejaría claro que, si invadieran, lo único que conseguirían sería su propia aniquilación, es decir, la mencionada destrucción mutua asegurada, antítesis de la racionalidad pero, al mismo tiempo, la mejor póliza de supervivencia que han logrado los humanos a lo largo de su historia.
Lo cierto es que esa futilidad habitual de Biden, que provocó también la caída de Afganistán en manos de los talibanes, es pura disuasión invertida y, por tanto, fallida, ya que en vez de contener el expansionismo ruso, ¡ lo impulsa !
De hecho, Moscú ha ido apropiándose progresivamente de Ucrania al arrebatarle Crimea en el 2014 y luego Donetsk y Lugansk, sin que a Occidente pareciera importarle demasiado.
De hecho, tanto Obama como el mismo Biden, -a la sazón Vicepresidente-, pensaron en ese momento que haciendo tales concesiones aplacarían al coloso y se alcanzaría un equilibrio de poder, pero lo único que lograron fue repetir la historia de Chamberlain frente al nazismo ya que, lejos de saciar el apetito expansionista de Hitller, consiguieron todo lo contrario.
En otras palabras, a Hitler le quedó absolutamente claro que sus oponentes europeos, Gran Bretaña y Francia, ni siquiera contaban con los medios militares para defenderse a sí mismas.
En consecuencia, Putin se ha adueñado también de Transnistria, en Moldavia ; Osetia y Abjasia ; abriga a la dictadura bielorrusa como pieza maestra del imperio, y manipula a su antojo el Tratado para la Seguridad Colectiva.
Como si fuera poco, prosigue su impecable libreto de blitzkrieg irredentista tipo anschluss contra Kiev, pero, eso sí, negando cualquier intención bélica … hasta que el zarpazo que dé se convierta en un hecho consumado.
Por eso, ni se inmuta ante el hecho de que ‘Der Spiegel’ señale que haber revelado lo de la supuesta invasión del próximo miércoles haya sido una táctica estadounidense para frustrar sus planes “haciéndolos públicos, incluida la fecha exacta” de la operación.
Así que cuando Rusia condiciona una desescalada en Ucrania a que la OTAN le asegure que ese país nunca será incorporado a la alianza, y tales aliados le responden que esa es una condición inaceptable pero no hacen nada realmente efectivo para protegerla, la conclusión a la que llega Moscú es que, expresamente, se le está permitiendo la invasión.
Y lo peor de todo es que cuando Biden, siendo tan laxo, amenaza a Rusia con simples sanciones económicas si invade a Ucrania, no solo está facilitando la invasión sino que, prácticamente, está obligando a Putin a hacerlo.
Y lo está obligando porque si no aceptara semejante trato de favor y no invadiera, estaría socavando su prestigio, renunciando a su propia identidad histórica y negándose a sí mismo la posibilidad de expandirse, razón de ser de todo imperio.
¡ Cuánto se habrán arrepentido los ucranianos de haber eliminado su arsenal nuclear tras la Guerra Fría confiando en que el paraguas estratégico norteamericano sería suficiente y que sus limitadas capacidades convencionales serían respaldadas por una OTAN flexible y no literalmente apegada al artículo 5 del tratado, ese que, en principio, limita la asistencia recíproca solo a los Estados miembros !
En conclusión, será muy difícil encontrar un mejor ejemplo histórico de disuasión deliberadamente fallida, de entreguismo inducido y de derrota autoprovocada y complaciente.
Pensando en la entrega de Kabul, si Rusia invade a Ucrania … ¡ Biden se habrá superado así mismo !
Para decirlo de otro modo, ¿ qué aliado de los EEUU, o socio de la OTAN que se encuentre en una situación similar a la de Ucrania -como Colombia, por ejemplo-, podrá sentirse seguro y protegido ?
¿ Qué aliado podrá sentirse absolutamente vinculado y comprometido con la OTAN, y con Washington, a pesar de que los rusos le juren y perjuren que su presencia en el vecindario no le supone una amenaza ?
vicentetorrijos.com